EL
MUNDO
2 octubre
2021
El
caso de Linda Evangelista abre la polémica: ¿quién se hace responsable cuando
algo sale mal?
Marta Sotillo
Los efectos adversos a un protocolo
estético con aparatología que ha denunciado públicamente Linda Evangelista
plantean la pregunta del millón: si algo no va como se pensaba en un
procedimiento estético, ¿qué hacemos?
Quien fuera una de las reinas de la pasarela en los años 90,
Linda Evangelista, acaba de sacar a la luz que lleva años 'escondida' tras
haber quedado desfigurada al someterse a un protocolo estético, en concreto, un
tratamiento antiflacidez con aparatología.
Si bien es cierto que la medicina y la cirugía estética
puede ser una opción para elevar la autoestima, señalaba un estudio reciente,
la cara B también existe: la top denuncia haber pasado una profunda depresión
durante el proceso de recuperación de su protocolo fallido.
La medicina estética en España es un un
boom: dicen los datos de la SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) que
un 40% de la población española mayor de 26 años se ha realizado algún tipo de
intervención, con las infiltraciones de rellenos dérmicos y bótox como los
tratamientos más demandados.
Si hablamos de la fiabilidad de la medicina estética actual,
Virtudes Ruiz, presidenta de la Asociación Murciana de Medicina Estética y
directora de las clínicas Virtudestetica (Murcia),
señala que los protocolos actuales son cada vez menos invasivos y los rellenos
que se utilizan son reabsorbibles, ninguno de los aprobados es ya permanente,
por lo que las probabilidades de efectos no deseados a largo plazo son menores,
hablando siempre en términos generales.
Eso no quiere decir que todas las intervenciones salgan
siempre bien. "La medicina, y la estética con ella, no es una ciencia
exacta, 1+1 no son siempre 2, hay muchos factores que entran en juego y pueden
ir bien (o mal). El resultado depende del tratamiento que realizas como médico,
pero también del propio paciente. Cada cuerpo es diferente y, además, también
depende de que el paciente siga el tratamiento posterior indicado. Todos estos
factores pueden alterar el resultado", reflexiona José Antonio Martín,
gerente de Clínica Menorca.
Responsabilidades en medicina estética: reconocimiento de la
especialidad
La medicina estética ha sufrido el intrusismo profesional
prácticamente desde que el bótox llegó a nuestras vidas hace 20 años. En los
albores de la toxina botulínica no solo los médicos la infiltraban.
Con el tiempo ha ido calando la idea de que un tratamiento
estético facial manual no es lo mismo que una intervención médica, y el
paciente también se ha concienciado de que es a un
médico al que tiene que dirigirse para ello.
Por su parte, los médicos estéticos también han emprendido
una campaña para que se reconozca su especialidad, porque ello supondrá una
garantía incluso mayor para los pacientes. "Ellos merecen que sus
gobiernos les protejan y garanticen su seguridad, siendo atendidos siempre por
profesionales cualificados en centros autorizados", declaró el doctor
Eduardo de Frutos, vocal de SEME, en el Día Mundial de la Medicina Estética
celebrado el pasado 6 de septiembre.
Responsabilidades en medicina estética: el seguro de
responsabilidad civil
El primer paso que tiene que dar un paciente que se someta a
cualquier protocolo de medicina estética es el de acudir a un médico estético
titulado con una clínica que cumpla con todos los requisitos para ejercer.
Porque son esos profesionales los que están cubiertos por un
seguro de responsabilidad civil, requisito obligatorio para ejercer la medicina
estética, que supone la primera garantía y cobertura para un paciente, tal y
como asevera Petra María Vega López, presidenta de SEME.
El seguro de responsabilidad civil es obligatorio como lo es
el seguro del coche o de la casa, el que defiende los derechos del médico que
ejerce, pero también sus responsabilidades, y el que cubre las espaldas de los
pacientes y los gastos y acciones que puedan derivar de errores humanos o de
las sustancias o tecnologías utilizadas.
Junto a él, la SEME tiene un documento de protocolo en 16
actos para intervenir siempre de manera segura, con todas las garantías, que se
va actualizando cada poco tiempo.
Responsabilidades en medicina estética: consentimiento
informado
Existe una segunda barrera de control, que es el
consentimiento informado, y este lo firma el paciente. Es un proceso que se
realiza al igual que en cualquier otra intervención médica general, tal y como
nos recuerdan las doctoras Ruiz y Vega.
En él debe constar quién es el médico responsable de la
intervención estética, qué producto o aparato se va a utilizar, qué efectos
secundarios pueden ocurrir, el contrato médico en sí mismo.
Porque el responsable directo de una intervención salga está
bien o mal, es el médico que ejerce, y este 'contrato' lo garantiza. Sin
embargo, las doctoras también nos recuerdan que para que esta garantía sea
efectiva, el paciente también tiene que respetar el contrato y no romperlo.
Por otra parte, el paciente también debe comentar cualquier
peculiaridad que tenga, y el doctor está obligado a preguntarle
exhaustivamente, Además de tener un historial clínco
completo del paciente.
Si algo sale mal, ¿cómo actuar?
Porque este consentimiento informado también contempla unos
protocolos de reacción por parte del paciente.
"Un paciente tiene el deber de avisar de cualquier
problema al titulado que se lo ha realizado, al mismo, no acudir a otros
especialistas", recuerda Virtudes Ruiz.
Y es que una intervención estética no debe terminar cuando
el paciente sale por la puerta. "Existe un protocolo de seguimiento, bien
por teléfono, bien a través de citas posteriores en consulta", indica
Petra Vega.
En el caso de que el intervenido notara cualquier tipo de
efecto no deseado o previsto, desde un encapsulamiento a cualquier otra sospecha,
tiene el deber de acudir a ese mismo titulado que le ha realizado la
infiltración o tratamiento.
Porque es ese experto el que tiene la última responsabilidad
y el deber de atender y reparar en la medida de las posibilidades lo que haya
salido mal. Si no estuviera en sus manos corregir o curar, su obligación es
derivar el caso a un profesional que pueda tratarlo (y ahí entra el seguro de
responsabilidad civil para cubrir gastos).
Atención: si el paciente no acude a su propio médico y va a
otro, en ese momento estará rompiendo el contrato médico del consentimiento
informado, luego se quedará sin defensas. También lo romperá si no acude, sin
avisar, a las citas de revisión que hayan podido darle.
Virtudes Ruiz ahonda en la parte más psicológica: "No solo
tenemos el deber de atender o reparar si algo no sale como se esperaba, también
debemos brindar un acompañamiento moral durante todo el proceso, un seguimiento
de su estado físico y mental, que puede durar meses, y nosotros debemos estar
ahí".
La doctora Vega insiste, además, en que si algo no van como
se esperaba, el paciente tiene el deber denunciar por los cauces legales, para
que se haga un seguimiento del caso, se estudie y se creen nuevos protocolos al
respecto.
La mano del médico y otros agentes que intervienen
Aunque el médico tiene la responsabilidad última, el porqué
de posibles errores puede venir por diferentes sitios.
Una mala praxis de la mano del médico es una, y la que le
responsabiliza de manera directa. Sin embargo, y aunque los protocolos de
aprobación de las sustancias que se infiltran y de los aparatos que se usan
están respaldados por estudios y casos concretos, algo siempre puede fallar, o
puede surgir un efecto secundario no contrastado (¿no nos está pasando eso
mismo ahora con las vacunas del COVID?).
En esos casos, hay que comunicar a un organismo oficial y a
los propios laboratorios responsables qué ha pasado para llevar a cabo estudios
ulteriores.